El objetivo principal de las cubiertas corneoescleral y uveal del ojo es proteger la retina, además de nutrirla y permitir el movimiento ocular. La retina se deriva embriológicamente de la vesícula óptica, una excrecencia del cerebro anterior embrionario.

La estructura neuroepitelial bicapa de la retina madura refleja la disposición ápice-ápice de la copa óptica original. También forma la pared de una cavidad, la cavidad vítrea, que está llena de glicosaminoglicanos y colágeno.

La cavidad ocular es homóloga a una cisterna leptomeníngea2 en el sentido de que tanto el vítreo como la coroides derivan de un mesénquima que intercala el neuroepitelio en su camino fuera del cerebro. El quiste neuroepitelial ocular tiene dos aberturas.

Anteriormente se encuentra la pupila, que es una abertura de espesor total, y posteriormente se encuentra el nervio óptico en el que, de forma similar a un coloboma, sólo se encuentran derivados de las capas internas de la retina. Dado que los ápices celulares están orientados hacia el interior, las dos capas de la copa óptica y sus derivados están envueltos externamente por membrana basal (Fig. 6.1.1).